Recuerdan como Esaú menosprecio su primogenitura por un plato de lentejas? Algo similar, pero al revés, paso el otro día.
Le hice a los niños lentejas y, como soy un ser humano y estoy triste y distraída, olvide ponerle tomate y cilantro. Pues, José se molestó. Les serví de cenar a los niños y él se quedó examinando el plato y luego me pregunto que si no teníamos cilantro. Le dije que si pero se me había olvidado ponerle. La verdad es que si les iba a poner pero me distraje y se me olvido. Meneo la cabeza diciendo que no, y siguió examinando el plato. Luego me pregunto que si no le había puesto tomate. Obviamente no tenía tomate. Se me olvido! Me volvió a preguntar, y le dije que no, que se me olvido.
Meneo la cabeza en signo de desapruebo y luego me regano diciendo que yo ya sé que lleva esos ingredientes y que debía haberle puesto eso. No entiendo que se me olvido. Y se enojó. Realmente se enojó por un plato de lentejas.
Y yo comencé a llorar porque… no es justo! No es justo que yo no puedo ser un ser humano. No soy un robot. No soy su empleada. No entiendo porque esto tiene que ser una discusión. Por que se molesta tanto? Por que me trata así? Por que toma la cosa más pequeña para hacerme sentir incompetente… estúpida. Dice que no es posible que se me olvide porque es lo básico, pero, que puedo hacer? Se me olvido.
No es justo que menosprecie nuestro matrimonio por un plato de lentejas.
Y son precisamente estas situaciones las que me recuerdan que el no me ama. Porque una persona que te ama, no se molesta tanto por algo tan insignificante.
Por que no nos podemos simplemente llevar bien? Por que no podemos ser felices? Por que siempre tengo que tener tanto estrés para intentar complacerlo sabiendo que nunca voy a poder. No importa lo que haga… nada es suficiente. A veces pienso que lo disfruta y la verdad, ya no quiero estar aquí.